El pasado lunes 26 de mayo, MLB se sumó a la conmemoración del “Memorial Day” que como todos los últimos lunes del mes de mayo honra y recuerda a los soldados que perdieron la vida en combate en defensa de los Estados Unidos de Norteamérica.
Tal vez usted notó un parche en el lado izquierdo del pecho de todos los equipos con la imagen de una amapola roja con la frase “Lest We Forget” en español “no los olvidemos”, con esta iniciativa MLB expone su respeto para quienes arriesgaron y sacrificaron su vida sirviendo a su patria.
Por las filas del beisbol de grandes ligas han pasado muchos jugadores que arriesgaron sus vidas en el servicio armado, tal vez el más icónico sea el caso del Jardinero Izquierdo de los Medias Rojas de Boston, Ted Williams, quien es considerado por muchos, el mejor bateador que ha existido. Fue un adelantado a su tiempo en el estudio del swing de beisbol, hablando en sus entrevistas de fuerza y ángulos del swing, conceptos que en los años 40 no estaban en las conversaciones regulares de beisbol.
Debutó en 1939 con Boston con quienes jugó durante toda su carrera. En 1941 bateó para porcentaje de .406 nadie más desde entonces ha rebasado la barrera de los 400.
De 1943 a 1945 sirvió como piloto de caza en la segunda guerra mundial, perdiéndose 3 temporadas completas cuando tenía 25 años y estaba en lo que hoy conocemos como “El Prime” de su carrera.Regresó al beisbol en 1946 ganando el MVP y el título de bateo con .342.
En las temporadas del 52 y 53 nuevamente se ausentó del beisbol para servir como piloto de combate en la Guerra de Corea, regresando en el 54 y concluyendo la campaña con promedio de .345a sus 35 años.
En 1960 y con 42 años, Ted Williams promedió .316 en su campaña de retiro del beisbol profesional. Fue un 28 de septiembre cuando participó en su último juego frente a los Orioles de Baltimore, en la octava entrada tomó su último turno al bate conectando un cuadrangular por el jardín central-derecho. El adiós perfecto para una leyenda que dejó los siguientes números en su placa del Salón de la Fama:
Sin embargo, no todos los atletas eligen responder al llamado militar, y esa decisión también merece ser comprendida desde sus convicciones personales. En 1967 El legendario Muhammad Ali,campeón mundial de los pesos pesados se negó a ir a la guerra de Vietnam por motivos religiosos y de conciencia. Esta postura pese a costarle haber sido despojado de su título mundial y suspendido del boxeo, lo elevo más allá del deporte, como símbolo de dignidad personal.
Ambos, Williams y Ali representan caras distintas del mismo valor, hacer lo que la conciencia te dicte correcto, a pesar del costo que esto represente.
El 5 de junio de 1989, una fotografía tomada por Jeff Widener, dio la vuelta al mundo. Un joven de pie sosteniendo unas bolsas, corta el paso de 4 tanques de guerra que se vieron obligados a detenerse. Esta imagen fue captada un día después de la masacre de la plaza de Tiananmén en Beijing, China, donde se estima que cerca de 10 mil personas murieron a causa de la represión del gobierno chino.
La imagen pasó a la historia con el nombre de “El hombre del Tanque” y es un testimonio de lo que es capaz de lograr “El poder de uno”
El pasado 23 de mayo, la super estrella venezolana Ronald Acuña Jr. regresó al terreno de juego después de un año de ausencia por una rotura de ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda. Su regreso no pudo ser mejor, ya que conectó espectacular cuadrangular de 467 pies a la primera pitcheada que Nick Pivetta le realizó. Es impresionante el efecto positivo que la llegada de un solo jugador puede significar para su club. Su impacto es inmediato. Es poder, es velocidad, es amenaza, es espectáculo puro. Su sola presencia cambia el enfoque del rival y eleva a sus compañeros. El beisbol es otro, es mejor, con Acuña en la alineación.
Es verdad que el mundo generalmente se mueve por el empuje de las multitudes, pero la historia, la historia a veces cambia por el poder de uno.
La pelota es redonda
Pero viene en caja cuadrada
Luis Felipe Alvarez
luisfe143102@gmail.com

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